Capítulo VI; Un intruso en mi habitación.
—
¿Qué?—sintió que sus palabras habían salido en un susurro,
el aire no llegaba bien a sus pulmones y el rápido palpitar de su corazón no
ayudaba en mucho, necesitaba respuestas.
—
Lo que oíste…
—
Explícame —rogó.
—
¿Para qué? De cualquier forma nada pasará, entre tú y yo no
habrá nada nunca… —Sus palabras habían sido dichas con firmeza, un seco y serio
tono el cual SUGA nunca creyó escuchar en el chico salió de sus labios.
—
JungKook…
—
Dejémoslo así ¿Sí? No quiero decir nada más así que no
preguntes, no contestarle nada. —Los delgados brazos ahora cubiertos por una
sudadera negra un tanto holgada se cruzaron sobre su pecho, sus labios se
juntaban dibujando una línea que le daba a entender que no iba a decir ni una
palabra más.
—
¿Entonces para qué me citabas aquí si no ibas a decir nada? —Su
enojo comenzó a hacerse presente, sus manos se apretaron en puños a sus
costados.
—
Yo… tenía que decírtelo, me sentía mal por tratarte así, es
todo…
—
¿Eso es todo? ¡Carajo JungKook! Me acabas de decir que
sientes lo mismo que yo por ti y luego planeas que lo olvide… ¿Estás loco?
—
¡Basta!
Las cosas no
habían salido como el menor hubiese querido, no planeaba hacer enojar a SUGA
pero lo había hecho, él pensaba que de alguna forma podrían quedar en buenos
términos luego de que le confesara que era correspondido, y más importante,
creía que si le pedía que se olvidara de eso él lo haría pero ¿Cómo se atrevía
a decirle a una persona que sólo olvidara lo que pasó y ya? Era obvio que eso
no podía pasar.
—
¡No! No puedes simplemente pedirle eso a alguien, me lastimaste y mucho,
lo menos que puedes hacer es darme una explicación así que te escucho yo no me
iré de aquí hasta que me digas.
—
Pues creo que deberías sentarte y traer una manta porque te quedarás
esperando algo que no pasará, confórmate con saber eso.
No le dio
oportunidad de contestar algo, inmediatamente luego de terminar se giró y
comenzó a caminar en dirección contraria, su ánimo estaba por los suelos, se
sentía cansado, triste, como si le hubieran dado el golpe más fuerte de su
vida; su pecho dolía.
Un huracán de
sentimientos arrasaba con todo en su interior, sentía la necesidad de gritarle,
de reprocharle lo mucho que lo había lastimado y a su vez también sentía la
necesidad de abrazarlo y decirle que todo estaba olvidado, que le perdonaba
cualquier dolor que le hubiera causado pero con la condición de que se quedara
a su lado, ¿sería chantaje? Tal vez pero no le importaba, le valía un carajo,
quería a Jungkook, lo quería para él y sí, era egoísta, egoísta y tonto porque
a pesar de todo lo quería.
—
¿Ahora huyes? Qué fácil…
—
No quiero arruinar todo por lo que hemos luchado tanto Yoon Gi, no podría
vivir sabiendo que mis compañeros perdieron la oportunidad de cumplir su sueño
por un capricho mío, ¿no lo entiendes?
—
Te entiendo, pero no tiene porque ser así Kookie.
—
¿Entonces cómo? Creo que eres consciente de que si alguien se entera de
esto todos nos vamos a la mierda, no sólo tú y yo, todos. ¿Qué parte es tan
difícil de comprender?
—
No entiendo tu punto, si piensas eso entonces, ¿por qué mierdas me contaste
todo esto? Hubiera preferido que no dijeras nada.
El camino
hacia la avenida principal era como un martirio, daba zancadas con tal de
alejarse lo más rápido posible del lugar, pero sus piernas se sentían pesadas,
no quería alejarse de él, dolía tanto y no quería pasar por eso. En ese mismo
momento sentía que todo estaba perdido, él había perdido y ese sentimiento es
horroroso, a nadie le gusta perder, nunca y menos a la persona que realmente
quiere.
Al llegar a la
banqueta metió las manos en sus bolsillos delanteros, la mochila colgaba en su
espalda y, aunque realmente no llevaba nada, la sentía como si cargara
ladrillos, piedra y tierra, todo en él pesaba, extrañaba ya al chico y hacía
pocos segundos había estado con él
•••
Había
comenzado a llover a cantaros desde hacía un par de horas, JungKook apenas
había alcanzado a llegar al departamento que compartía con los miembros, las
gotas de agua golpeaban fuertemente los vidrios, las gotas provocaban un ruido
que le causaba miedo. Los relámpagos no ayudaban en nada, a cada pocos minutos
el cielo se iluminaba de un color blanco bastante cegador para luego ser
remplazado con un fuerte rayo que hacía que su cabeza comenzara a doler.
Todos y cada
uno de los miembros se encontraban en la sala del departamento, la mayoría
vestía pijamas pues luego de la reunión habían decidido ir a casa a descansar y
reponerse de los días tan ajetreados que habían tenido, JungKook y SUGA eran los
únicos que llevaban ropa normal aunque el castaño había llegado mucho antes que
él. En la mesa de centro se encontraba una libreta y el líder había escrito y
recortado varios trozos de hoja los cuales terminaron dentro de un vaso de
cristal.
—
No vale decir que no quieren estar con quien les toque, se tienen que
aguantar y no se vale cambiar.
—
Creo que todos quieren estar con J-Hope, por lo menos yo sí… —murmuró el
visual del grupo mientras acomodaba un cojín entre sus piernas.
El vaso de
cristal contenía todos los nombres de los integrantes, Rap Monster iría sacando
de dos en dos y quienes salieran serían pareja de habitación, todos menos él
participaba en el sorteo pues él tenía el derecho a tener una habitación para
él solo. Cubriendo el vaso con la palma de su mano comenzó a moverlo de arriba
abajo una y otra vez, lo sostuvo con su mano izquierda mientras con la diestra
sacaba los papeles.
—
JiMin con… —desenvolvió el segundo papel—. J-Hope. —alzó las manos
mostrando ambos papeles.
—
Diversión garantizada… —murmuró JiMin.
—
Jin con… V. Y ya saben quiénes quedan por último, Jungkook con SUGA. Comiencen
a cambiar sus cosas.
SUGA quería
protestar, no le haría para nada bien el tener al chico durmiendo a su lado,
día y noche, todos los días, el verlo le iba a recordar que le había mentido,
no quería eso, ya se sentía lo suficientemente mal como para empeorar las
cosas. Pero lamentablemente su líder había dicho que se tenían que aguantar,
era algo malo pues cambiaban de habitación casa seis o doce meses. Dejó el
cojín que había tomado sobre el sofá y se dirigió a su habitación dando por
sentado que Jungkook era quien debía mover las cosas de habitación, él no haría
nada.
Los chicos
movían cosas, ropa y demás artículos personales de una habitación a otra, los
que tenían que cambiarse, se movían de un lado a otro pero SUGA no era uno de
ellos. Él se encontraba en su cama viendo vídeos en su computadora, le daba la
espalda al menor pues realmente, por lo menos en esos momentos, no quería
verlo.
Por otro lado,
JungKook se sentía ignorado, echo a un lado y la sensación no era para nada
agradable, YoonGi sabía que estaba y estaría ahí pero hacía que no y eso le
dolía, lamentablemente se lo merecía pues él había provocado todo eso. Fue
alrededor de las diez de la noche que terminó de mover y organizar sus
pertenencias, V, quien había estado anteriormente en el cuarto como compañero
de SUGA, había dejado mucho espacio libre en el clóset y él había podido
acomodar bastante bien su ropa, entró al baño, no había manera de que el
castaño pudiera hablarle así que decidió no hacerlo tampoco, después de todo
habían estado de esa forma por muchos meses atrás, aunque ahora sabía que sería
más difícil porque estarían durmiendo uno junto al otro. Luego de una ducha
rápida y de ponerse la pijama, se recostó sobre su nueva cama, acomodó las
almohadas y se giró para quedar contra la pared, el ambiente era tenso y eso
claramente les afectaba a los dos. YoonGi seguía atento a su computadora
mientras JungKook jugaba con su celular, lo que ambos no sabían era que YoonGi
no estaba al “pendiente” de lo que decían en el programa que veía, ni JungKook
estaba cien por ciento en el juego.
El castaño se
levantó y apagó la luz, el maknae ya estaba completamente dormido, entró en su
cama y trató de conciliar el sueño, estaba lloviendo mucho afuera y presentía
que e ruido de las gotas golpeando la ventana frente a él, no le dejaría dormir
ni un poco en toda la noche, estaba bien, tenían el día siguiente casi libre y
para su buena suerte, el único pendiente que tenían era por la tarde. Cerró los
ojos intentando dormir, el sueño llegó poco a poco pero no tan fuerte como
deseaba que fuera. Los relámpagos iluminaban el cielo y también la habitación,
los rayos eran cada vez más fuertes, tanto que el estruendo hacía que su cabeza
quisiera comenzar a doler. La cosa era extraña, un relámpago, luego un rayo y
luego el ruido de las gotas de agua chocando furiosamente contra el pavimento,
los techos de las casas y las ventanas. Aún así trató de dormir.
Los rayos
hacían que quisiera salir de la habitación y esconderse en el lugar más alejado
de las ventanas, su cuerpo temblaba ligeramente, era algo que no podía
controlar, desde muy pequeño siempre había sido así y a medida que fue
creciendo, el miedo por las tormentas comenzó. Ahora solamente estaba
empeorando más, la habitación a la que se había cambiado tenía una ventana, era
buena en tiempo de calor pero muy, muy mala en tiempos de lluvia. Cubrió su
cabeza con el grupo cobertor pero aún así podía ver la luz, cerró fuertemente
los ojos rezando porque aquella tormenta terminara rápido, acercó sus piernas a
su abdomen y se abrazó con fuerza. Un relámpago iluminó el cielo y seguido un
rayo lo sacudió, el maknae llevó su diestra a cubrir sus labios para evitar
dejar salir el grito, otro rayo más hizo eco en su cabeza y tiró las cobijas
hacia un lado, bajó de la cama y corrió hacia la de SUGA arrastrando su cobija,
se cubrió con ella y lo abrazó como si de eso dependiera su vida, y vaya que él
así lo veía. Envolvió su brazo izquierdo en el abdomen del chico el cual dio un
pequeño salto al sentir manos ajenas sobre su cuerpo.
YoonGi se giró
ligeramente al sentir que alguien temblaba contra su espalda, no era un temblor
normal y eso lo asustó, estaba seguro de quién era, no había nadie más en la
habitación que no fuera ese chico. Se levantó recargándose sobre su codo y lo
miró pero sólo encontró un tembloroso bulto por la cobija, quitó la mano que el
chico había puesto sobre él con fuerza y se giró quedando de frente; el saber
que las tormentas provocaban eso en el pequeño le causó ternura, un extraño
sentimiento de protección se hizo presente, no quería que el menor tuviera
miedo, al menos no si él pudiera evitarlo. Levantó la cobija pero rápidamente
el chico se volvió a cubrir, intentó de nuevo hasta que logó meterse debajo de
la misma, sacó su celular de la almohada e ilumino el lugar, y ahí estaba, el
maknae lloraba, sus ojos estaban húmedos y su cuerpo temblaba sin control.
—
JungKook, ¿estás bien?, ¿te sientes mal, quieres que llame a un doctor?
—
No.
—
Dime qué pasa.
—
Sólo, cállate y abrázame.
—
Malcriado, no, ve a tu cama.
Inmediatamente
el castaño se dejó caer en la cama, tomó la almohada sobrante y la colocó entre
los dos abrazándose a ella. Fue entonces cuando el menor levantó la cobija
hasta que su cabeza estuvo fuera, sus ojos estaban aún llenos de lágrimas pero
ahora no eran tanto por el miedo, se dio cuenta de que había ido a “pedir”
protección a SUGA y este prácticamente se la había negado, no pudo evitar
sentir culpa pues él había provocado todo eso. ¿Cómo había sido capaz de
aguantar tantos meses sin dirigirle la palabra, sin mirarlo o sin darle una
explicación? Y además adoptando una actitud nada propia de él, le dolía, y si a
él le dolía, no se imaginaba lo que había causado en YoonGi. Limpió con el
dorso de su mano las lágrimas que lentamente comenzaron a resbalar, su pecho
dolía, su labio inferior temblaba y no lo podía evitar, observó al mayor, se
encontraba con los ojos cerrados, aparentemente dormido pero JungKook sabía que
no lo estaba, ¿le estaba ignorando? Seguramente sí.
Otro fuerte
rayo se dejó escuchar, las pocas luces de los edificios cercanos que aún
estaban encendidas, se apagaron de golpe y eso al parecer había pasado en todas
la calles. Aferró la cobija contra su pecho, había estado tan distraído viendo
a las luces apagarse que no se dio cuenta que el castaño lo estaba mirando,
tragó, su cuerpo temblaba y sentía ganas de volver a cubrirse pero no iba a
hacerlo, quería ver aquellos hermosos ojos que ahora se posaban en él con
curiosidad.
SUGA no sabía
qué hacer o decir, estaba realmente sorprendido y enternecido por la reacción
del más chico, no lo entendía pero bueno, él no temía a ese tipo de cosas.
Suspiró, sus ojos estaban fijos en el chico y no quería separarlos de la
hermosa e inocente cara. JungKook le había hecho mucho daño, más de lo que
jamás pensó, el ser ignorado le dolía, cada vez que recordaba los meses pasados
sentía una fuerte punzada de dolor en el pecho. Pero en el fondo algo le decía
que se olvidara por completo de todo lo que había acontecido antes, no tenía
caso seguir cargando con esos sentimientos, aunque el rechazo, el ser ignorado
y el ser engañado, dolía como el infierno.
«Lo pasado,
pasado.»
Tiró la
almohada hacia un lado, se puso de pie para poder cerrar la puerta con el
seguro y acto seguido volvió a recostarse sobre la cama, a un lado del maknae,
jaló la cobija que el chico había arrastrado desde su cama y se metió debajo de
ella hasta quedar más cerca; el calor que emanaba el cuerpo ajeno le encantaba,
se dio cuenta de que bien podría pasar toda una vida a un lado del chico y eso
se le haría realmente poco. Su brazo derecho se envolvió en la cintura del
chico y lo jaló hacia él, sus cuerpos ahora estaban juntos y eso se sentía
bien. Pasó su brazo por debajo de la cabeza y lo acunó contra su pecho, era un
abrazo intimo pero bastante inocente, le estaba comenzando a gustar el poder
sostener a JungKook entre sus brazos y dormir a su lado, eso lo tranquilizaba.
El chico aún temblaba, con su mano izquierda dio suaves caricias a su espalda
tratando de tranquilizarlo, la respiración del menor chocaba y rebotaba en su
pecho.
—Gracias…
Escuchó el
susurro del más chico y poco después ambos se quedaron dormidos, juntos, sin
nada que se los impidiera, incluso los rayos y el ruido de la tormenta no
podían impedir aquel acto. SUGA agradecía el tener a un intruso en su cama.
Blackfeather.
Waaaa me ha hecho muy feliz ver un nuevo capitulo TT
ResponderEliminarPor favor sigue :)