jueves, 28 de agosto de 2014

Que sea un secreto...[YoonKook]Cap.4

Que sea un secreto capítulo IV; Primer llamado de atención ¿Ya no volverás a hablarme?



Habían pasado casi dos meses desde que JungKook comenzó a ignorar a SUGA, dos meses en el que el segundo estuvo a punto de darse por vencido, de renunciar al grupo por el que tanto había trabajado pero afortunadamente para él, Jung Kyu estaba siempre ahí, aconsejándolo sobre lo que era mejor para él y de alguna forma u otra el mayor siempre lograba tranquilizarlo. Le daba gracias a Dios y al destino por haberlo puesto en su camino pues era una de las pocas personas, por no decir la única que lo apoyaba. Su autoestima había aumentado significativamente, había aprendido a quererse tal y como era, sin prejuicios y por fin había aceptado en su totalidad sus preferencias sexuales.


Otra cosa que había mejorado sin duda era la forma en la que se trataba a sí mismo en el aspecto físico, Gi era un chico que a veces se lastimaba a sí mismo haciéndose cortes en las piernas, en lugares pocos vistos por otra personas, sentía que con ése tipo de dolor podía combatir el que sentía su alma y así era, o al menos eso pensaba porque momentáneamente el dolor se iba. Cuando le contó a Kyu sobre lo que hacía éste casi lo lanzó todos los cojines de la casa, cuando le mostró sus piernas el mayor se asustó tanto que quiso llevarlo al hospital a que lo revisaran aunque no era necesario, también lo hizo desinfectar todas y cada uno de los cortes con alcohol pues decía que si se infectaba podía hasta perder una pierna, los cortes que todavía estaban abiertos le habían ardido mucho pero luego entendió que lo que el chico había dicho era cierto y desde el día en que se los mostró no volvió a cortar su blanca piel o a tener algún pensamiento que implicara dañar su cuerpo. Tenía claro que no era por el chico por el que había mejorado, no quería decir que el mayor había llegado y había mejorado todo, no era así pero lo que si era cierto era que gracias a él, a que le había hecho pensar las cosas y le había dicho las cosas tal y como debían de ser, pudo darse cuenta de lo mucho que valía y asimismo pudo salir del hoyo negro en el que había estado tantos años por culpa de su baja autoestima.





Ahora era un nuevo chico, estaba orgulloso de haber cambiado pues era para su bien, ya no era aquel chico que se encerraba por horas en su habitación cuando no estaba trabajando, desde que su autoestima aumentó comenzó a desenvolverse más y gracias a ello pudo hacer muchos amigos, todos eran en su mayoría compañeros de trabajo de Jung Kyu porque éste era el que lo animaba a salir a reuniones o eventos que tuvieran que ver con el trabajo del pelinegro. Sus compañeros de grupo habían notado su cambio, ellos principalmente ¿Cómo no iban a hacerlo si vivían en la misma casa? La mayoría estaban muy sorprendidos, especialmente Rap Mon y Ho Seok quienes habían sido amigos suyos por años, le habían dicho que aquello le sentaba mejor que se la “mamá” gruñona del grupo. El único que hasta ahora no le había dicho nada sobre el cambio era JungKook, el chico seguía reacio a acercarse a él o a dirigirle la palabra cosa que, aunque fingía que no, al castaño le dolía.






El tema que casi a diario tocaban en el comedor mientras todo el staf trabajaba era el de el repentino cambio de humor entre SUGA y Kookie.


Les fastidiaban con preguntas sobre porqué ya no se hablaban, si habían tenido una pelea o si simplemente se habían dado cuenta de que no se llevaban bien. Todos lo veían de forma muy artificial, solamente preguntaban por su amistad o por su relación de trabajo pero no veían que había algo más que eso, claro, quién iba a pensar que uno de ellos estaba enamorado del otro. Muchos no seguían con las preguntas cuando veían la molestia en la cara de alguno de los dos chicos, incluso sus compañeros dejaron de insistir en ello, aunque no estaban de acuerdo con su rara decisión ¿Cómo dos amigos que disfrutaban de pasar tiempo juntos, que se daban regalos y se trataban tan bien iban a romper aquella amistad así como así? No lo veían lógico pero tampoco querían indagar mucho, tanto SUGA como JungKook tenían su carácter y contra eso no querían competir, sólo esperaban que algún día se dignaran a decirles.




A quien no tenían para nada contento era a su mánager, el hombre no se iba a quedar con la idea de "una pelea" a él tenían que decirle la verdad sí o sí. Por casi dos meses el castaño le había rogado a Dios para que no le preguntara porqué habían peleado pues sabiendo que a él no le podía decir mentir tendría que decir lo que prácticamente lo dejaría fuera del grupo y también del medio. Pero lamentablemente no hay fecha que no se cumpla, al parecer la suerte de ambos ese día no había sido la mejor; muy temprano por la mañana el teléfono del departamento que compartían los

integrantes sonó, su mánager le había dicho a Rap Mon que quería ver a Yoon Gi y a JungKook en su oficina, había sonado bastante serio así que el líder del grupo pudo deducir que ambos chicos estaban en problemas. Cuando el castaño escuchó el recado sintió que su cuerpo se tensó, sus manos comenzaron a sudar de una forma impresionante por los nervios que sentía. El menor del grupo ya estaba enterado y se estaba arreglando para salir, SUGA sabía que de ninguna forma irían juntos de ir por su propia cuenta pero como eran asuntos de trabajo el mánager había mandado un auto para llevarlos. Cuando finalmente JungKook y el mayor estuvieron listos para partir se dio inicio a un trayecto bastante incómodo, están sentados uno a un lado de otro, serios y envueltos en un silencio abrumador. El único sonido dentro del auto era el de las pausadas respiraciones de ambos; el camino a las oficinas fue incómodo pero lo que se avecinaba lo sería aún más... ¿Sería JungKook capaz de decirle a su mánager el secreto se SUGA? De ser así estaba arruinado.




El "clic" que se escuchaba cuando kookie hacia tronar los huesos de sus dedos lo ponía más nervioso todavía, se encontraban ya en la oficina de su mánager pero éste había estado atendiendo algunos pendientes, cuando entró en la oficina ambos se pusieron de pie e hicieron una corta venia para luego tomar asiento, el hombre mayor sostenía su teléfono celular con su diestra mientras hablaba con quien suponían que era uno de sus superiores, estaban hablando sobre cosas referentes al grupo, cómo iban con sus ensayos, las grabaciones y aspectos comerciales, el hombre los mirada mientras hablaba por teléfono, los dos chicos frente a él mientras la silla del mayor de movía de un lado a otro.




Yoon Gi esperaba que esa llamada durara toda la vida pero lamentablemente no podía ser así. El celular tocando suavemente el vidrio del escritorio lo hizo salir de sus pensamientos, ahora sí, era la hora de la verdad.




—Estuve hablando con los chicos -Habló por fin el hombre quien los veía fijamente desde su silla con los brazos cruzados.- También con sus estilistas y varios miembros del staf -Suspiró rodando los ojos.- creo que saben a dónde voy ¿No? Me dijeron que últimamente ustedes dos no se llevan bien... ¿A qué se debe?




Miró al menor por el rabillo de su ojo, se veía nervioso, incluso comenzaba a sudar, intentaba hacer sonar nuevamente los huesos de sus dedos pero era inútil.




—Hice una pregunta para obtener una respuesta ¿Alguno de los dos quiere ser tan amable de responder?




Su corazón latía tan rápido como nunca antes, sintió que una gota de sudor escurría por si sien, ahora mismo su futuro estaba en manos del menor.




—Yo...yo dije cosas que no debí -Habló el pelinegro.- comencé con un juego...estaba molestando a Yoon Gi por sus ojos pero los chistes comenzaron a subir de tono y... él se molestó conmigo por eso, comenzamos a pelear y creo que los dos dijimos cosas sin pensar...




¿El chico había estudiado actuación? pareciera que sí pues su respuesta fue muy creíble.




—No me gusta que mencionen cosas sobre mis ojos y cuando sus chistes comenzaron a molestarme me irrité bastante y dije cosas a modo de defensa, sé que no debí dejarme llevar pero realmente me molesté...




—Ya veo... -Los miró fijamente por unos segundos sin decir nada para luego finalmente hablar.- ¿Ambos se pidieron ya una disculpa? -Los chicos negaron.- todos tenemos defectos pero no debemos burlarnos ¿Lo saben cierto? JungKook, debes tener más cuidado con tus palabras y SUGA debes controlarte un poco, no quiero que pongan en riesgo lo que han obtenido a base de tanto esfuerzo por una tonta pelea. Ahora, quiero que ambos se pidan perdón y se den un abrazo.




¿Hacer qué? Lo del perdón claro que podía hacerlo pero el abrazo simplemente no, no porque no quisiera abrazar al menor, al contrario, deseaba eso más que nada sino porque sabía bien que al chico no le gustaría, si sentía asco hacia su persona tal vez aquel gesto sería bastante incómodo y no quería que eso pasara. Para su sorpresa en menor se puso de pie y se colocó cerca de su silla, su miraba veía a un punto fijo en el piso hasta que le levantó un poco para hablar.




—Yo, siento haberte dicho cosas feas sobre tus ojos, realmente no pienso que sea algo malo...sólo, no sé qué me pasó...disculpa, no volverá a pasar.




—También te pido perdón por haberte dicho cosas que no debí, lo siento. -Lo miró fijamente por unos segundos.-




—Ahora un abrazo...-Musitó el hombre




quien los veía desde el escritorio.-




Jungkook extendió sus brazos y se acercó al chico sin decir nada más, por más que el castaño trató de tener contacto visual con él no lo logró, correspondió el abrazo con suavidad casi soltando un suspiro al sentir la suave piel ajena rosando sus extremidades y su pecho, olía realmente bien, algo fresco que le recordó al aroma del interior del auto del Jung Kyu pero éste tenía el propio olor del chico, por unos momentos sintió que el menor se había aferrado a él pero seguramente sólo lo había imaginado pues eso no era posible.




El abrazo sólo duró unos pocos segundos pero no por el castaño sino por el pelinegro quien rápida pero discretamente se soltó del agarre ajeno. Al parecer se le daba actuar, su mánager les había creído y sin decir más los dejó ir de nuevo a su departamento. Esperó a que el menor saliera por la puerta del edificio para caminar detrás suyo manteniendo su distancia, al llegar al auto esperó a que el chico entrara para poder subir él después.




— ¿Podría llevarme un lugar? -Le preguntó el mayor al chofer quien asintió ligeramente mientras se detenía en el semáforo.-




—No es muy lejos ¿Puedes dejarnos en el parque?




—Claro...-Siguió conduciendo concentrado en el camino.-




—Yo no dije que quería ir a ningún lado...-Comentó JungKook mientras sostenía el audífono que llevaba en su oído derecho.-




—Debo hablar contigo...-Resopló.-




—No quiero...-Bufó.-




—Debemos hablar de hombre a hombre, nuestro futuro depende de




nuestra relación y si no conseguimos arreglarla podemos echar a perder hasta el futuro de nuestros compañeros, no voy a quitarte mucho tiempo.




—Eso espero...




El silencio nuevamente se apoderó de ambos, cada uno volvió a sus propios asuntos, JungKook volvió a colocar en su oído el audífono que sostenía su mano y Yoon Gi se concentró en mirar por la ventanilla, aún era temprano, según había visto antes de salir del edificio a penas iban a dar las diez de la mañana, pero aunque era temprano las calles del centro de la cuidad ya estaban abarrotadas de personas, mayormente de hombres con trajes y maletines o mujeres que seguramente se dirigían a su trabajo, los negocios ya estaban abiertos incluso muchos de ellos estaban llenos, los bares eran los más frecuentados a esas horas a causa de tratos de trabajo; pudo ver a una pareja, el hombre llevaba a su hijo de alrededor de tres años en sus hombros mientras sostenía la mano de su mujer que parecía estar muy feliz a lado de su familia. Dirigió su mirada al bebé, realmente le agradaban los niños pero no quería tener uno a base del sufrimiento de una mujer porque era seguro que de querer un hijo debía casarse antes y como no le gustaban las mujeres ese sería un gran martirio no sólo para él sino para la chica. Estaba muy metido en sus pensamientos cuando sintió que el auto se detuvo. Se giró para ver al chico pero no lo encontró pues éste ya estaba fuera.

—Lo siento...-Murmuró saliendo del auto, se posó a un lado suyo y le dio

indicaciones al chofer para que los esperara.-




El pelinegro se veía bastante tranquilo aunque un poco distraído, había comenzado a caminar rumbo a los columpios en los que a estas horas de la mañana ningún niño estaba montado, al entrar a la zona llena de arena bajó su mirada a sus tenis, al parecer no quería que se llenasen de tierra, dio un par de zancadas para poder llegar a los columpios sin ensuciarse, por algo era el chico más limpio de todo el dormitorio. A él no le importó realmente si se ensuciaba o no, a medida que caminaba podía notar cierta incomodidad en el pelinegro, seguramente la forma en la que lo veía causaba aquel sentimiento en él; vio que el chico se sentó sobre los columpios y se sostuvo de las cadenas comenzando a mecerse muy lentamente, un corto y no muy audible suspiro salió de los finos labios del castaño quien descansaba en el columpio sin sostenerse sólo se mecía frenando con su pie derecho para que los movimientos no se hicieran más fuertes.




—JungKook...sé que fue difícil para ti enterarte de lo que yo sentí y de cómo era, incluso para mí lo fue-Miró a un punto fijo en la arena sin dejar de moverse.-como te dije antes, no quería decirlo porque sabía que iba a pasar esto, no quiero que pienses que los regalos que te daba antes eran porque quería obtener algo de ti...




—Si no era para eso ¿Entonces para qué? -Balbuceó el más chico.-




— ¿Ah? -Arqueó suavemente una ceja mirándolo fijamente.- ¿Piensas que era así? -Sonrió de forma nostálgica.- nunca

pensé en ti de la forma que piensas, sí, te quiero pero no soy un pervertido -Alzó la mirada hacia el chico.- sólo quería decirte que no pienso hacerte daño, siento que cada vez que estoy cerca tuyo sientes que me voy a echar encima de ti y no es así... ¿Sabes? Siento que me tratas como si fuera un monstruo y además un desconocido.




—No creo que seas un mostró -Su voz era apenas audible pero el castaño alcanzó a escucharla.-




—Siento que sí..., bueno, no trato de cambiar tu opinión sobre mi aunque he de decirte que te has hecho una mala. Lo único que trato de hacer es de mejorar un poco nuestra situación, no te pido que seamos los mejores amigos porque sé que no podrá ser, sólo te pido que trates de tolerarme un poco, por lo menos para no levantar sospechas y ya no ser regañados...




—No te veo como un monstruo Yoon Gi y sí...creo que tienes razón, debemos tratar de llevarnos bien pero...no sé, por alguna razón no me siento cómodo teniéndote cerca...es...siento que -Negó en repetidas ocasiones.- olvídalo...




Yoon Gi no pudo evitar sentir como si hubieran golpeado fuertemente su pecho al escucharlo decir que se sentía incómodo con él cerca. ¿Lo quería más claro? JungKook no lo quería cerca, era todo lo que debía escuchar.




—Entonces que así sea...




Sin decir nada más el mayor se puso de pie llevó sus manos hasta los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar fuera de la zona de arena, al estar nuevamente en el pasto habló sin girarse a verlo.




—El chofer te espera.




Cerró fuertemente los ojos tratando de contener las enormes ganas de llorar, un molesto nudo hacia doler su garganta, debía calmarse, debía respirar.

Su caminar era lento, caminó por casi dos horas aparentemente sin rumbo fijo, inconscientemente había llegado a donde ahora estaba, un gran edificio estaba en frente suyo, entró en el y seguido en el elevador, piso doce departamento 342, tocó, su labio inferior temblaba por las ganas que tenía de desahogarse. Cuando el dueño del departamento abrió lo miró un poco asustado, sin preguntar nada pues ya sabía la respuesta se abalanzó al chico y lo apretó contra su pecho mientras acariciaba su espalda. Era así desde que lo conoció, siempre dispuesto a brindarle su ayuda.

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